
Esta historia comenzó hace más de 40 años ... Esteve Bosch era hijo de campo de Girona. Su padre era comerciante de cerdos y su madre vendía las verduras de su huerto en el mercado. Su familia era conocida como el Balu; y, él, muy pequeño, ya ayudaba con el negocio de su casa. El destino le llevó a hacer el servicio militar en Lleida cuando tenía 21 años.
En Lleida, Esteve aprovechaba los momentos libres para comprar fruta y huevos que enviaba a Girona en tren, así su madre podía vender en el mercado. Uno de los fruticultores a quien compraba la fruta tenía una hija que se llamaba Teresa. Ella vivía en un pequeño pueblo de origen campesino de la provincia de Lleida, y aparte de ayudar a su padre también trabajaba en una cooperativa.

La primera vez que Esteve y Teresa se vieron fue en la cooperativa donde ella trabajaba, y donde él venía a buscar los huevos y la fruta. Fue un amor a primera vista, y es así como empezó toda esta historia que han ido escribiendo en estos más de 40 años.

Teresa y Esteve se casaron en 1970 en Montserrat. Iniciaron su negocio con mucha ilusión y esfuerzo, partiendo desde cero con una parada de venta de frutas y verduras al mayor en el mercado del Lleó de Girona. Teresa llevaba la parada y Esteve iba por los pueblos a comprar manzanas a los agricultores, que las vendía a diferentes mercados del territorio español.

Pasado unos años de ser exclusivamente vendedores y distribuidores de fruta fresca y verduras, el año 1975 Esteve decidió empezar a dedicarse a la producción de fruta en las comarcas de Girona; mientras Teresa se encargaba de la parada del mercado de mayoristas.

Con perspectivas de futuro y ganas de mejorar su propio negocio, en 1983 dejaron finalmente el mercado para dedicarse en cuerpo y alma a sus propias plantaciones de manzanas, vendiendo su fruta en todo el territorio nacional.

La ilusión de Esteve y Teresa les llevó a abrir nuevos mercados en la década de los 90. Debido al clima mediterráneo y en la zona donde se encontraban las plantaciones, decidieron aumentar la producción y especializarse también en la plantación de peras, ampliando así nuevas relaciones comerciales e internacionales para comercializar y exportar sus productos.

Durante todos estos años, Esteve y Teresa también han ido forjando una
familia de siete hijos: Susana, Elisabet, Xavier, Cristina, Teresa, Josep Maria y Esteve. Compaginaban la vida familiar con el trabajo de la empresa. De hecho, la esencia de la empresa familiar se ha mantenido viva durante todos estos años gracias a la implicación y la ayuda de toda la familia.

Durante este año, Esteve y Teresa demostraron una vez más su afán de mejorar la empresa familiar e innovar en el mercado, lanzando un postre de fruta 100% natural, elaboradas con fruta fresca, que facilitara a toda la familia comer fruta de manera fácil, cómoda y saludable.
Como son una empresa familiar y todo lo hacen en casa, Esteve y Teresa decidieron que el nombre que tendrían este postre de fruta sería ANELA: las letras iniciales de los nombres de sus tres primeras nietas (Anna + Elisabet + Laia = ANELA). Poco a poco, este postre de fruta 100% naturales y saludables se han ido haciendo un hueco en el mercado nacional y ya las podemos encontrar en los principales supermercados, hospitales, escuelas, geriátricos ..

A base de amor, esfuerzo e ilusión, en estos más de 40 años, Esteve y Teresa han ido consolidando una empresa basada en la pasión, la calidad y el trabajo bien hecho, que han sabido transmitir a sus hijos . Su historia es sencilla y humilde, un viaje a lo largo de la vida que les ha llevado a formar una gran familia de 7 hijos y 12 nietos. Últimamente, dos de sus hijos han tomado las riendas de la empresa familiar intentando llevando a cabo lo que la Esteve y Teresa les enseñaron desde pequeños: que con pasión, esfuerzo, ilusión y ganas de mejorar día a día se puede conseguir todo lo que nos podemos proponer. Actualmente, Xavier se dedica a la producción de la fruta; mientras que José María es el responsable de la elaboración del postre Anela Frutos.